Venezuela
Michelle de Andrade (Caracas, 1995) y Daniela del Mar Díaz (California, 1988), venezolana y colombiana, respectivamente, se conocieron en 2018 en Miami en una escuela de circo contemporáneo que acababa de abrir sus puertas. Pronto surgió una gran conexión entre ellas y, aunque sus caminos se separaron, en 2021 volvieron a reunirse en Berlín, donde crearon este dúo de suspensión capilar.
Daniela se inició en el circo hace solo cuatro años, demostrando que a veces el circo entra en las vidas de las personas de forma abrupta e imparable. Logró vencer el pánico escénico que parecía abocarla inevitablemente hacia la pedagogía, para disfrutar plenamente de la pista y el amor del público. Tras probar varias disciplinas, fue en Berlín, en la escuela Die Etage, donde se inició en la suspensión capilar de forma casi autodidacta.
Michelle aprendió del circo de calle que enseñan los semáforos y las plazas, para posteriormente graduarse en la Escuela de Circo Nacional de Venezuela. Cuando ya iba a comenzar su gira con un circo brasileño, sufrió una grave lesión vertebral que le apartó de las pistas durante cuatro años. En ese periodo, descubrió su potencial como actriz, protagonizando algunas producciones venezolanas. Fue tras encontrarse con Daniela en Miami cuando retomó el circo.
La suspensión capilar es una disciplina que se acerca a la espiritualidad. Tiene un componente de ritual muy fuerte, ya que exige una cuidadosa preparación antes de cada acto. Además, el momento en que los pies se separan del suelo es descrito por muchas de sus practicantes como místico, donde te haces muy consciente de tu ser y tus movimientos, generando un momento único y especial que trasciende al mero espectáculo.
Ubuntu es una regla ética sudafricana que se puede traducir como “yo soy porque estamos” o “el bien común es el propio”. Con este nombre estas dos artistas presentan esta obra que traslada la esencia latinoamericana a la escena, así como la solidaridad y unión entre las mujeres.