México
Mar (Reynosa Tamaulipas, 1991) se considera autodidacta en el aro aéreo. Pese a que su primer contacto fueron unas clases en un pequeño estudio de Guadalajara en 2018, al poco tuvo que mudarse y se vio obligada a seguir avanzando por su cuenta. Sus grandes aliados fueron Instagram y su bagaje como bailarina.
Especializada en danza contemporánea por el Instituto Superior de Artes Escénicas (ISAE), allí aprendió que, en las repeticiones de los movimientos ensayados hasta la extenuación, había que dotarlas siempre de “un sentido diferente”, jugando sus distintas cualidades. Así, la danza se convirtió en la herramienta más útil para encontrar la fluidez y la continuidad de las secuencias que estaba practicando. Empezó entonces un proceso de búsqueda para crear sus propias teorías sobre cómo debía girar el aparato, sintiéndose libre, sin tener que seguir una “forma correcta” de hacer las cosas, fusionando toda su formación con el circo. Para ella, esta búsqueda y la nueva disciplina, supusieron un momento decisivo en su carrera artística, ya que llevaba tiempo sintiendo que la danza contemporánea ya no era suficiente, que tenía la necesidad de volar y que el aro aéreo le permitía despegar los pies del suelo.
El resultado es la narrativa de una resurrección personal, viajando a través de las analogías que le generan ocho de los arcanos mayores del tarot: el Colgado, la Rueda de la Fortuna, la Luna, el Loco, el Ermitaño, el Emperador, el Sol y la Estrella. Este número es también el resultado de un viaje por la repetición de la misma secuencia con pequeñas variaciones en la intención de los movimientos, en la altura, en la música, etc., una fusión perfecta entre danza y circo.
