México
A Polina (Perm, Rusia, 1999), como a tantas otras niñas, la apuntaron con 5 años a clases de ballet. Aguantó 2 años a duras penas. Para ella, el hecho de únicamente bailar le sabía a poco, en cuanto podía se colgaba boca abajo de las barras, daba vueltas y hacía el pino-puente. Por suerte, su profesor de entonces, con muy buen criterio, le recomendó a su familia que la apuntasen al grupo de circo local, llamado Grace. Así, a los 7 años comenzó su intensa relación con el circo.
A pesar de estar especializada en verticales y contorsionismo, Polina ha trabajado también como aerialista (aro aéreo), ágil de mano a mano, malabarista, artista de fuego y hula hooper. Esa versatilidad y precocidad han hecho que Polina haya participado desde los 14 años en diversos festivales de circo, como el Nikulin Festival de Moscú, el International Circus Festival “Golden Karl” de Riga y en varias ediciones de los Delphic Games, consiguiendo varias medallas de oro en los mismos. El broche a esta deslumbrante carrera lo ha puesto el pasado mes de enero, consiguiendo la medalla de plata en el prestigioso Festival Mondial du Cirque de Demain, en París.
Curtida en los escenarios también desde temprana edad, Polina ha trabajado en numerosos países, recabando finalmente en México en 2019, donde es residente desde esa fecha. Allí ha trabajado para espectáculos del Circo del Sol como Syma o Valeria. Aunque también trabaja como solista desde hace más de 10 años, con actuaciones tan fascinantes como la que disfrutaremos en FIRCO. En “Amplitude” muestra su absoluto dominio de la técnica de verticales, que le permite romper algunas de las figuras clásicas, dándoles una vuelta más, elevando su dificultad y estética; añadiendo enérgicas transiciones.
