Brasil
Hay ocasiones en que un espectáculo de circo puede cambiar la vida de una persona. Eso es lo que les sucedió a nuestros protagonistas con Quidam, de Cirque du Soleil. Mai Yamachi (São Paulo, Brasil, 1989) era una bailarina contemporánea procedente de una familia de artistas en cuyas manos cayó un DVD de dicho espectáculo. El flechazo con los aéreos fue inmediato, aunque no fue hasta años después que las circunstancias vitales y económicas le permitieron aprender circo, financiando sus clases con sus trabajos de danza.
Tras no lograr hacerse un hueco en el complicado mundo del fútbol profesional, Gui Fortes (Porto Alegre, Brasil, 1988) se inició en el circo a través de un proyecto social cerca de su casa. Un día tuvo la oportunidad de ir a ver Quidam, se emocionó, tocó el escenario y dijo: “algún día estaré sobre estas tablas”. Y cumplió, años después pasó seis temporadas en gira con ellos haciendo cuerda lisa y varios personajes. Sin saberlo, a ambos los unió este cualquiera (eso significa quidam, en latín) que no era otro sino el circo llamando a sus puertas.
Se conocieron después en el espectáculo The House of Dancing Water de Franco Dragone, en Macao, China, ella como volante, él como portor. El show se interrumpió debido a la pandemia y volvieron a Brasil, a una pequeña casa de campo, donde poco a poco, a base de mucho esfuerzo y con la ayuda de muchos amigos, consiguieron ir desarrollando su número personal. Compaginaron, con la supervisión acrobática de Chloé Farah, las disciplinas de suspensión capilar con la cuerda lisa. El resultado de este largo trabajo lo estrenaron en la pasada edición del Festival Mondial du Cirque de Demain de París, donde lograron el Premio Especial del Jurado.